Rodeada por el olor fétido del abandono
Reposada para no
volver a recordar
Las manos de quien tiro mi alma al lodo.
Silenciosa vuelvo una
vez más a suspirar
Observando mis manos
abrazadas a mis codos
Como si pretendieran conseguir
arropar
El vacio que se diluyes por mis ojos.
Y miro hacia dentro
perdiendo la paz
Vana, vacía, superficial… me odio, te odio.
Busco un rincón donde poder descansar
Este cuerpo lastimado, herido, roto….
Cerrando los parpados al reflejo de la claridad
Acurrucando mí alarido
en el rincón, solo…
Para abandonarme a la torpeza de la confianza
Dejando en manos de verdugos
el espíritu del soldado cojo.
Susana Mejorada López
29-04-2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario