Te observo cual gran montaña cubierta de una verde y viva hierbecilla
que bailotea al son del viento. Serena, sosegada. Observando como al paso de
los años tus piedras son malgastadas por
el mal uso de personas inconscientes, deteriorando parte de tu confianza, en
aquello que diste una proporción de tu apreciado tiempo.
Tan cálida como las manos de una madre a media noche, cuando una angustiosa pesadilla ataca nuestros
más placenteros sueños.
Tan frágil como el pequeño corazón de aquel pajarillo que
canta cada mañana aquella melodía, aquella que nos hace perdernos en los recuerdos de la más dulce infancia.
Tan fuerte como el alma, eterna, inmortal, perpetua,.. Capaz
de aguantar las más duras pruebas, levantándose a cada caída, cada tropiezo,
cada golpe, con unas fuerzas renovadas,
limpias, refrescadas por un nuevo sueño, un nuevo proyecto, una nueva
esperanza.
Te observo tan tu, tan única, con un corazón insuperable… no
lo olvides, jamás lo olvides…así te veo, así te observo, así te siento
Susana mejorada López
28-7-11
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